viernes, 22 de noviembre de 2013

Y si la guerra continua

Me digno a escribir aquí cuando realmente necesito desahogarme, las redes sociales, las conversaciones con psicólogos, amigos, parientes no son suficientes. Las múltiples formas de recreación y expresión que como humano puedo desarrollar, no me basta, nada me basta. Podría pasar toda mi vida hablando sin parar, estoy segura, pero también estoy segura de que me aburriría de mi propia voz, como es el caso actual, no soporto mi voz interna, a veces creo que un día dejaré de pensar solo para no irritarme escuchándola.
He tenido varias revelaciones en este último tiempo, las principales son que mi círculo es pequeño, que yo soy pequeña y que mis emociones son pequeñas, pequeñas y primitivas.
He intentado sanarme, he crecido, he aprendido tantas cosas de la soledad y la compañía que justamente no puedo expresarlo.
Creo que ha sido la ronda más grande de emociones, pero siempre siento lo mismo.
Como escuché y no dejo de repetir "el pasado es limitado, el futuro es infinito" y ese futuro el que no me deja dormir, literalmente, el saber que tengo tantos medios y posibilidades de cambiar el mundo, mi mundo, o aunque sea un entorno chico, lo que sea, pero puedo hacer algo y eso es lo que mas me impacienta, me emociona, entre otras cosas.
He estado, como siempre, pensando mucho en la muerte, en que sin querer siempre me duele, y que sin querer es una de las cosas que mejores manejo.
He estado pensando también que no hay terapia que me quite el daño que ya me hice, y por eso aconsejaría a la gente que no sufra por cualquier nimiedad, la vida está llena de golpes realmente duros y el corazón debe estar firme para recibirlos.
He dejado de soñar nítidamente, los sueños ya no se confunden tanto con la realidad, creo que de uno u otro modo hice mi realidad un sueño, y no puedo alejarme de esa sensación grata de que puedo manipularlo todo.
Me he encontrado también enferma de amor este último tiempo, nunca pensé que el amor podía doler más cuando va creciendo, es tan intenso, a veces siento que me están matando,  y mientras más amo, más me absorbe. Me siento extraña amando, no creí que fuera capaz de querer tanto a alguien, no me creí capaz de olvidarme de mi.
Soy tan inconformista, creo que nunca seré feliz, pero me acostumbré a vivir sintiendo eso, ese vacío me motiva.
No quiero aconsejar a nadie, ni siquiera estoy segura de merecer amistad ni cosas del resto, a veces soy tan insecto, de todos modos jamás había estado tan conforme conmigo misma.
Siento que puedo conseguir cualquier cosa, que todo es fácil si yo lo deseo y ese poder me mantendrá estable por un tiempo más.
También aprendí que soy un poco humana y que los humanos no son tan estúpidos como creí, quizás no siempre puedo saber lo que están pensando, creo que tendré que ser un poco menos densa, juzgar menos, creo que podré hacerlo, pero quién sabe, hay cosas que nunca cambian.
Le dije a mis psicólogos que si uno fuera el que más sufre la vida sería fácil, pero sufrir sabiendo que hay gente que está peor no ayuda mucho.
No me he sentido tan mal últimamente, creo que puedo controlar mejor mis emociones desde que entendí que tenía crisis, desde que dejé de sentirme totalmente como un monstruo, pero el monstruo siempre me habitará en ciertas situaciones.
Me avergüenzo un poco de mi misma, por haber deseado ser especial algún día, por haber tenido un sueño tan estúpido.
El otro día escuché conversaciones de la gente en la calle, la gente sufre mucho, las vidas no son tan amables, y si esas personas tuvieran la capacidad de notar cuanto valen, serían infinitas, poderosas, y cambiarían en el mundo, pero no todos saben, quizás deba decirles.
Me despido.